viernes, 5 de junio de 2009

África

"Caminante" (1995). Acrílico

"Tam, Tam" (1996). Ceras

"Tríptico" (1996). Mixta

"Reflexiones" (1995/96). Lápices de color


"Africano con tambor" (1995). Collage

"Escultor de fetiches" (1996). Lápices de color


"Grita" (1995). Mixta

Aunque jamás he estado sentado a la sombra de un baobab gigante escuchando las histórias de un viejo griot ni he tenido la suerte de navegar por las aguas del río Níger en busca de aventuras, hubo un tiempo en que sentí la poderosa llamada de África. Y no fue el trabajo de Miquel Barceló, (http://www.miquelbarcelo.info) el que me impulsó a hacer todos aquellos cuadros y dibujos, sino las fotografías de todos los suplementos dominicales que llegaban a mis manos, que luego recortaba y guardaba, con pasión de coleccionista, en carpetas que aún conservo. También empecé a comprar música y artesanía africana. Pequeñas máscaras y discos como los de Ali Farka Toure me ayudaban a entrar en la situación idónea para ponerme a trabajar. Pasado el tiempo uno se da cuenta de que todo aquello no tenía mucho sentido. De todas maneras África me sigue pareciendo un estímulo visual inagotable, aunque sea en fotografía. Malí, Kenia, Tanzania, el desierto rojo de Kalahari ... un sueño que jamás se cumplirá.