miércoles, 3 de septiembre de 2014

Epílogo anticipado. Proyecto 3.6.5.


Más de veinte días sin dibujar, sin acudir a mi cita diaria con el cuaderno, las ceras y los lápices de color certifican el fin del proyecto 3.6.5. antes de la fecha prevista.
No importa, como diría el lama Juancho en su “Zen pala plincipiantes”: “No hay delotas, sólo aplendizaje, je,je, je …” Y así es. Desde aquel lejano ya 4 de noviembre de 2013, fecha del primer dibujo con el que se inició el proyecto y el primer cuaderno, hasta el pasado 1 de agosto, último dibujo fechado del quinto cauderno, he aprendido bastantes cosas. Éstas son sólo alguna de ellas:
Primera (obvia y elemental): el esfuerzo diario de dibujar cada noche algo diferente en el cuaderno ha supuesto, al menos en mi caso, un esfuerzo mental y físico considerable. Por el contrario, dejar de dibujar no me ha supuesto esfuerzo alguno, si cierto sentimiento de culpabilidad. Es mucho más fácil, después de cenar, sentarte en el sofá, trastear con el móvil y esperar que te venza el sueño.
Segunda: Dibujar cada día es como surfear. Hay días que pillas una buena ola y tienes la fortuna de encadenar 3 o 4 buenos dibujos hasta que vuelve a aparecer otra buena ola. Mientras tanto: dibujos circunstanciales, algunos con posibilidades y otros que no te gustan nada.
Tercera: Al colgar los dibujos en algunas páginas de Facebbok (como ésta) he descubierto que algunos “usuarios/amigos” han sido (y son) un aliciente para seguir dibujando. Otros, seguidores asíduos de mis publicaciones, también. Sus nombres se repiten con cierta precisión. Eli Landa, Jesús Martinez Flores, Jorge González, Pedro Arjona, Aleix Gordo, Jorge Boccardo, Gabriel Buda, José Ignacio López Fernández, Àlvar Andreu, Amparo, Olivia la trapecista, Carmen Rosa, Xim, Dani, Jaume, José Antonio, Cinta, Adriana Lagoa, Julián Rodríguez, Antonia Santolaya, William Carden-Horton, Suelly Castro, Gustavo Ramirez, Noelia Cano…. son tantos nombres que no caben. ¡Gracias a todos!
Cuarta: ¡Hay que seguir dibujando, claro que sí!
Quinta: Me plantearé nuevos retos cuando mis hijos tengan algunos añitos más, ¿no?.


Un placer.